El obispo de Oakland Michael C. Barber, SJ, emitió la siguiente declaración el sábado 30 de mayo de 2020:
“Mientras continuamos lamentando la muerte sin sentido de George Floyd, ahora también lamentamos la muerte de un oficial de Servicios de Protección Federal, que fue asesinado a tiros anoche, mientras vigilaba las protestas en el centro de Oakland. Un asesinato jamás es justificado. Expresamos nuestras más sinceras condolencias a las familias que han perdido a sus seres queridos.
La violencia que proviene del racismo sistémico ha causado demasiado sufrimiento a las personas de color en nuestra tierra. Mientras oramos por el descenso del Espíritu Santo durante la gran fiesta de Pentecostés, que nuestras mentes y corazones se conviertan verdaderamente, para que nos libremos del pecado del racismo”.