Debido a la creciente preocupación por el bienestar de todos los fieles a la luz del Coronavirus, especialmente los ancianos,
estoy dispensando de la obligación de asistir a la Misa dominical a todos los católicos en la Diócesis de Oakland. Inmediatamente se efectuará y esta dispensa permanecerá vigente hasta nuevo aviso. C
ontinuaremos monitoreando las recomendaciones de los funcionarios de salud pública y reevaluaremos a medida que la situación lo amerite.
Mientras tanto, nuestras iglesias y capillas permanecerán abiertas. Se seguirán celebrando Misas y se escucharán confesiones para proporcionar el consuelo espiritual de los fieles. Dejamos la decisión de asistir a Misa o no a la discreción de cada individuo.
Algunas parroquias pueden decidir cancelar o posponer reuniones no esenciales, incluyendo clases de catecismo y confirmación, recaudaciones de fondos y actividades sociales. Esta decisión debe tomarse a nivel parroquial. Si el evento cancelado o pospuesto estaba destinado a recaudar fondos para un ministerio o servicio, considere ofrecer a las personas un medio alternativo para contribuir al ministerio o servicio.
Como hemos comunicado anteriormente, si las personas se sienten enfermas o padecen una condición medica existente, deben quedarse en casa. Esta dispensa se ha ofrecido para ayudar a mitigar la propagación del virus, y al mismo tiempo brindar a las personas acceso a la fuente de amor y paz, que es Jesucristo.
Si elige asistir a Misa, practique las recomendaciones por los funcionarios de salud pública tal como se publican en el sitio web del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades: (
www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/0), especialmente lavándose las manos con frecuencia y manteniéndose al menos a un brazo de distancia de los demás.
Aquellos que no pueden participar físicamente en la Misa dominical en su parroquia, deben unirse espiritualmente con el Señor. Las lecturas diarias de las Escrituras están disponibles en usccb.org. Las Misas transmitidas en vivo están disponibles por Internet y televisión, incluso en EWTN.com.
Agradezco a nuestros sacerdotes que permanecen listos para ser buenos pastores, tranquilizando a nuestros fieles, dispensando el consuelo de los sacramentos y llevando el toque sanador de Cristo a los que están enfermos. La Iglesia Católica nunca ha carecido de santos que se hayan ofrecido generosamente para ayudar a los enfermos y a los que sufren, incluso arriesgando su persona. San Aloysius Gonzaga, San Padre Damián de Molokai, San Juan de Dios, Santa Hermana Marianne Cope, son todos ejemplos de amor y servicio heroicos. Sigamos su ejemplo.
Nuestra Señora, Salud de los Enfermos, intercede por nosotros con tu Hijo y pon fin a esta plaga que está afligiendo a nuestro mundo.
En este momento de necesidad, invito a todos los fieles a buscar juntos la intercesión materna de Nuestra Señora de Guadalupe, y comparto esta oración con ustedes:
Virgen Santísima de Guadalupe, Reina de los Ángeles y Madre de las Américas. Acudimos a ti hoy como tus amados hijos. Te pedimos que intercedas por nosotros con tu Hijo, como lo hiciste en las bodas de Caná. Ruega por nosotros, Madre amorosa, y obtén para nuestra nación, nuestro mundo, y para todas nuestras familias y seres queridos, la protección de tus santos ángeles, para que podamos salvarnos de lo peor de esta enfermedad. Para aquellos que ya están afectados, te pedimos que les concedas la gracia de la sanación y la liberación. Escucha los gritos de aquellos que son vulnerables y temerosos, seca sus lágrimas y ayúdalos a confiar. En este tiempo de dificultad y prueba, enséñanos a todos en la Iglesia a amarnos los unos a los otros y a ser pacientes y amables. Ayúdanos a llevar la paz de Jesús a nuestra tierra y a nuestros corazones. Acudimos a ti con confianza, sabiendo que realmente eres nuestra madre compasiva, la salud de los enfermos y la causa de nuestra alegría. Refúgianos bajo el manto de tu protección, mantennos en el abrazo de tus brazos, ayúdanos a conocer siempre el amor de tu Hijo, Jesús. Amén.